Us vull confessar un secret. De petita, no vaig sentir mai molta inclinació pels super-herois de l'época. La majoria em semblaven bastant còmics, amb aquells maillots de lycra, que evidenciaven muscles pels quals encara no sentia admiració, i els seus súper-poders... sovint, em semblaven mal aprofitats.
Sí ja ho sé, la majoria tenien aspiracions tan lloables com salvar el món dels dolents, o auxiliar ciutadans anònims en tràngols difícils, però què voleu, quan es medeix menys d'un metre i mig d'alçada i pots dir l'edat només amb els dits de les dues mans, el que penses és en com aprofitaries els súper-poders d'una manera més simple i sense tanta grandiositat.
Això devia pensar Astrid Lindgren, quan va crear aquest personatge anomenat Pippi, que vivia a Villa Villekula amb el seu cavall a topos Pequeño Tío i el mico Senyor Nilsson...aaah! això ja era una altra cosa...la Pippi feia ni més ni menys allò que tots hauriem desitjat, amb una força extraordinària que li permetia fins i tot aixecar el cavall amb una mà, i fer la neteja de la casa en un plis.
Amiga dels seus amics, no dubtava en arriscar la seva vida per ajudar en Tommy i Annika, fent tota mena de malabarismes i salts mortals sense fer-se ni una sola carrera a les mitjes. I de la casa? Què us en puc dir, d'aquella Villa de fusta d'estil victorià de color rosa, plena de raconets i de calaixeres plenes de monedes d'or, que ja voldria jo per mi, una caseta com aquella...per cert, no trobeu que s'assembla força al Pink Palace de Coraline?
Bé aquí us deixo, amb aquestes profundes reflexions i el retrat eqüestre amb piruleta, que li dedico com homenatge per haver-m'ho fet passar tan bé amb les seves aventures.
Il.lustració Carme Sala.
Os voy a confesar un secreto. De pequeña nunca sentí mucha inclinación per los súper-héroes de moda. La mayoría, me parecían bastante cómicos, con aquellos maillots de lycra que evidenciaban músculos por los que todavía no sentía admiración y sus súperpoderes me parecían, no sé....como mal aprovechados.
Ya sé, la mayoría tenía aspiraciones tan loables cómo salvar el mundo de los malos o auxiliar innocentes ciudadanos en apuros, pero qué quereis...cuando se mide menos de un metro y medio de altura (bueno ahora no és que mida mucho más...) y se puede decir la edad solo con los dedos de las dos manos, lo que se piensa es en como uno aprovecharía los súperpoderes en caso de tenerlos, de una manera más práctica y sin tanta grandiosidad...
Más o menos esto debía andar pensando Astrid Lindgren, cuando creó este singular personaje llamado Pippi que vivía en Villa Villekula con su caballo a topos Pequeño Tío i su mono Señor Nilsson...¡aaaah! esto ya era distinto. Pippi, hacía ni más ni menos aquello que todos habíamos deseado, con una fuerza extraordinaria que le permitia incluso levantar al caballo con una mano y hacer la limpieza de la casa con la otra, en un plis.
Amiga de sus amigos, no dudaba en arriesgar su vida para ayudar a Tommy Y Annika haciendo toda clase de malabarismos y saltos mortales sin siquiera hacerse una carrera en las medias.
¿Y de la casa? Qué os puedo decir de esa maravillosa Villa de estilo victoriano en color rosa, llena de rinconcitos y cajoneras repletas de monedas de oro...¡ya quisiera yo para mí una casita como aquella!...por cierto, ¿no le veis al Pink Palace de Coraline un gran parecido con esta Villa?
Bueno, aquí os dejo con estas profundas reflexiones y el retrato ecuestre que le dedico en agradecimiento de los grandes momentos que me hizo pasar.
Ilustración Carme Sala.
PIPPI LANGSTRUMPF
Os voy a confesar un secreto. De pequeña nunca sentí mucha inclinación per los súper-héroes de moda. La mayoría, me parecían bastante cómicos, con aquellos maillots de lycra que evidenciaban músculos por los que todavía no sentía admiración y sus súperpoderes me parecían, no sé....como mal aprovechados.
Ya sé, la mayoría tenía aspiraciones tan loables cómo salvar el mundo de los malos o auxiliar innocentes ciudadanos en apuros, pero qué quereis...cuando se mide menos de un metro y medio de altura (bueno ahora no és que mida mucho más...) y se puede decir la edad solo con los dedos de las dos manos, lo que se piensa es en como uno aprovecharía los súperpoderes en caso de tenerlos, de una manera más práctica y sin tanta grandiosidad...
Más o menos esto debía andar pensando Astrid Lindgren, cuando creó este singular personaje llamado Pippi que vivía en Villa Villekula con su caballo a topos Pequeño Tío i su mono Señor Nilsson...¡aaaah! esto ya era distinto. Pippi, hacía ni más ni menos aquello que todos habíamos deseado, con una fuerza extraordinaria que le permitia incluso levantar al caballo con una mano y hacer la limpieza de la casa con la otra, en un plis.
Amiga de sus amigos, no dudaba en arriesgar su vida para ayudar a Tommy Y Annika haciendo toda clase de malabarismos y saltos mortales sin siquiera hacerse una carrera en las medias.
¿Y de la casa? Qué os puedo decir de esa maravillosa Villa de estilo victoriano en color rosa, llena de rinconcitos y cajoneras repletas de monedas de oro...¡ya quisiera yo para mí una casita como aquella!...por cierto, ¿no le veis al Pink Palace de Coraline un gran parecido con esta Villa?
Bueno, aquí os dejo con estas profundas reflexiones y el retrato ecuestre que le dedico en agradecimiento de los grandes momentos que me hizo pasar.
Ilustración Carme Sala.
Pippi Langstrumpf
I'm going to confess a secret: when I was little I was never attracted by the current super-heros...they mostly seemed to me, badly dressed, with those lycra suits outstanding lots of muscles I haven't learnt to admire yet. Their super-powers were waisted to my eyes. Yes I know what you may think, they had so laudable aspirations like to save the world from the bad ones or help anonymous citizens in endangered situations, but...what would you expect from a girl who just can count her age with the fingers of her two hands. What I thought was: how would I use the super-powers if I could?
More or less, this must be what Astrid Lindgren would be thinking about when she created her famous character known as Pippi, that red-hair girl that lived in a wonderful Victorian house named Villa Villekulla, with her spotted horse and his monkey.
Pippi did all the things we all desired to do, with an extraordinary strenght that allowed her to raise her horse or clean up her house in a wink. Pippi was the best friend ever, able to risk her life doing all sort of pirouettes just to help Tommy and Annika, without ruining her tights.
And what to say about the house? with its secret corners and those chests full of golden money...but have you noticed, how similar is this house to the Coraline's Pink Palace ? I'll let you think over it with this equestrian portrait, that I did as a dedication for all the good times that she gave us.
Carme, entenc que fos la teva heroina!
ResponEliminaQuins records!.
A mi em feia molta enveja (no se si sana de debó).
Preciosa il.lustració!
Besitos
Monty: Era fàcil atrapar la canalla amb les excentricitats que feia la Pippi...realment Astrid Lindgren tenia una imaginació portentosa. Vaig llegir, que el personatge de Pippi va ser inventat per entretenir la seva filla afectada de pulmonia, durant el llarg període de curació.
ResponEliminaMoltes gràcies per passar, em va fer molta il.lusió la coincidència...molts petons!!
;-)